lunes, 31 de octubre de 2011

A tientas – Mario Benedetti

Se retrocede con seguridad,
pero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego,
ciego imprudente por añadidura,
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia.
Los rostros insepultos la ceniza,
la sonrisa del necio las afrentas,
un barrunto de pena en el espejo,
la baranda oxidada con sus pájaros,
la opaca incertidumbre de los otros,
enfrentada a la propia incertidumbre,
se avanza a tientas / lentamente.
Por lo común a contramano,
de los convictos y confesos,
en búsqueda tal vez,
de amores residuales,
que sirvan de consuelo y recompensa,
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas / vacilante,
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada.
A tientas hasta que una noche,
se queda uno sin cómplices ni tacto,
y a ciegas otra vez y para siempre,
se introduce en un túnel o destino,
que no se sabe dónde acaba.

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